Hace once años, el nadador paralímpico Gustavo Sánchez Martínez, saboreó las mieles del triunfo de una manera singular, tras la obtención de cuatro medallas en la categoría S4 en su debut dentro de los Juegos Paralímpicos Londres 2012, lo que dio pauta a un camino lleno de logros que lo catapultaron como uno de los máximos “tritones” en la historia del deporte adaptado del país.
Dichos resultados plasmaron un futuro prometedor para el tritón, quien en ese entonces tenía 18 años; cada vez, se consolidó más en su deporte, esto hasta ser parte del grupo de competidores con récords mundiales y un pilar importante en la selección nacional paralímpica.
Su pasión por la natación, que considera como un momento mágico, y desde luego su entrega, lo llevaron a establecer récords de América, así como brillar en los Campeonatos Mundiales.
Sin embargo, vivió una etapa de altibajos que lo orillaron a estar alejado de las piletas de manera momentánea y ver interrumpido su exitosa carrea deportiva.
“Nos está costando mucho trabajo”, dijo a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE) y refirió que poco a poco “gracias a Dios, me estoy acercando a mis tiempos de hace 10 años y es muy buen parámetro para cumplir con los objetivos de este año”.
Actualmente, el tritón capitalino tiene 29 años y entrena bajo la dirección de José Peláez, un maestro de la natación que exige y busca el mejor desempeño de cada uno de sus nadadores. “Nunca ha dejado de creer en mí, y desde luego mi asistente Nilsen Santos que siempre han estado ahí. Ellos han sido pilares en este retorno”.