El talentoso gimnasta japonés Daikin Hashimoto ha conquistado nuevamente el escenario mundial al asegurar el primer lugar en el concurso completo de gimnasia artística. Esta hazaña marca su tercer título individual de gran envergadura desde su brillante victoria en los Juegos de Tokio a la joven edad de 22 años, consolidándolo como un sucesor digno del legendario ‘rey’ Kohei Uchimura, seis veces campeón entre 2009 y 2015.
La travesía hacia la gloria no fue fácil para Hashimoto, un atleta elegante de buena planta, quien, durante la temporada, libró una batalla contra una lesión en la espalda. En la ronda de clasificación por equipos, ocupó inicialmente el tercer lugar entre los gimnastas japoneses, pero la decisión premeditada de su equipo aseguró su presencia en la final del ‘all around’, sacrificando a su compañero Kazuma Kaya.
En la apasionante final, Hashimoto elevó su puntuación total a 86.132, superando al ucraniano Illia Kovtun (84.998) y al estadounidense Frederick Richard (84.332). A pesar de un comienzo desafiante, Hashimoto demostró su maestría, dando un paso adelante audaz para evitar una caída en su última diagonal en el suelo.
El veterano Kenta Chiba, destacando en diversas disciplinas, no pudo asegurar la medalla en la barra, dejando un espacio para otros protagonistas. Entre ellos, el gimnasta chino Wei Sun, conocido por su contribución a los equipos chinos campeones del mundo y olímpicos, pero sin galardones individuales destacados. Aunque lideró en la cuarta rotación, Sun perdió terreno en el suelo debido a penalizaciones y, tras caídas en el potro con arcos, descendió a la sexta posición.
Hashimoto aprovechó la oportunidad y remontó desde el caballo con arcos, finalizando con maestría en las paralelas y la barra, donde es el actual campeón mundial. Su ejecución impecable le aseguró la medalla de oro, mientras que Kovtun y Richard completaron el podio en segundo y tercer lugar, respectivamente.
A pesar de un incidente aparentemente desfavorable en la barra, Richard emergió como la revelación de la final y de los Mundiales, gracias al infortunio de Wei Sun en la última rotación. La victoria de Hashimoto continúa honrando la rica tradición de la escuela japonesa de gimnasia artística, consolidándolo como una figura destacada en el panorama internacional.