Dani Alves, en el tercer día del juicio que se sigue contra él en la Audiencia de Barcelona por agresión sexual, declaró que las relaciones que mantuvo con la víctima fueron consentidas y aseguró que la propia chica le puso las manos «en mis partes íntimas» mientras estaban bailando, no rechazando, al contrario, acompañándole al baño.
Dos días después de que la víctima ratificase ante el tribunal que el futbolista brasileño la violó, el acusado mantuvo que no hubo ninguna clase de abuso, mucho menos agresión, y que la denunciante estuvo dispuesta y participativa en todo momento.
Dani Alves, que se negó a contestar preguntas de la fiscalía y acusación particular, solamente respondió a las interpelaciones de su defensa, relatando que la noche de autos estuvo bebiendo con «unos amigos» hasta cinco botellas de vino y una de whisky, antes de ir a un local nocturno llamado Nuba donde tomaron otras copa para, después, dirigirse a la discoteca Sutton junto a un amigo.