La reacción de Antoine Griezmann, intrascendente en los últimos partidos, bastó al Atlético de Madrid para acabar con el Getafe, que certificó su rumbo hacia la nada con un triplete del atacante francés, más que suficiente para asegurar de forma matemática la presencia de los hombres de Simeone en la próxima edición de la Champions League.
Griezmann necesitaba una buena actuación. Hacía cuatro jornadas que no marcaba. Sus dos tantos al Girona, hace un mes, parecían a una distancia sideral. Y peor aún, su ausencia de protagonismo en otras facetas del juego presagiaban el inicio de unas críticas hacia su figura ciertamente lógicas. Sin embargo, en apenas cincuenta minutos, los que tardó en marcar tres goles, silenció las plumas afiladas que ya estaban preparadas a plasmar sobre el papel su pequeño bajón.
El Getafe acumuló otro partido más sin ganar al Atlético. Desde que llegó Simeone en 2011, acumula catorce años sin victorias ante el conjunto rojiblanco, que, una vez más, vivió una tarde plácida en un estadio comodín para los hombres de Simeone.