Hace algún tiempo leí a una persona sabia que escribió “la suerte es el lugar donde la preparación y la oportunidad se encuentran”. Fue hasta este fin de semana que entendí lo que esa frase quería decir.
Por fin llegó el sábado 30 de agosto, en punto de las 16:45 h, iniciaban las 24 horas de SPA, probablemente una de las carreras más importantes de mi trayecto como piloto profesional, seguramente la más demandante, arrancamos en la poción 19 de la categoría y 58 general debido a una penalización en la clasificación. Nuestro plan era claro, entre los 4 pilotos (Bautista, Marcus, Mattia y yo) dividiríamos las 24 horas en turnos de 2 horas, manejando un total de 6 horas por piloto, ósea 3 turnos.
Comenzamos con mucha paciencia, ejecutando nuestro plan de carrera sin errores, poco a poco fuimos avanzando. Hice mi primer turno de 19:30 a 21:30, terminando me fui a descansar y comer un poco, cabe recalcar que hasta entonces lo máximo que había estado en el auto eran justamente dos horas en los 100 km del Circuito Paul Ricard.
A la 1 de la mañana tocaría mi segundo turno, ya que era de los pocos que se habían sentido cómodos corriendo de noche. Fue ahí donde mis 20 años de preparación se toparon con la oportunidad de sobresalir. Originalmente iba a estar en el auto solo 2 horas, pero uno de mis coequiperos sufrió un espasmo muscular en su primer turno y no podía levantar el brazo izquierdo, otro no se sentía cómodo manejando en la noche, por lo que cuando me preguntaron cómo me sentía a los 90 minutos de haber iniciado les dije por el radio que podía quedarme más tiempo. Llegamos hasta las 4.45 de la mañana en poción 11 de la categoría y 29 general. Habiendo hecho un turno de casi 4 horas.
Intenté dormir un poco, pero a las 8.50 sentí que me tocaban el pecho, era Vincenzo diciéndome que me tenía que subir en 30 minutos con cara y voz de urgencia. En ese momento no lo sabía, pero me tocaría otro stint de tres horas, de 9.45 a 12.45. Dejé el auto en posición 6 de la categoría y 23 general.
De ahí Marcus y Baptist trajeron el auto a casa culminando en la 4ta posición de la categoría y en la 21 general, a un paso del podio…
Fue una enorme hazaña, haber finalizado una carrera de 24 horas, sin errores, sin problemas. Pero para mí significo algo más, que Vincenzo y los ingenieros de Lamborghini me tuvieran la confianza de manejar 9 horas en turnos triples o casi cuádruples, cuando desde un inicio habían dicho que eso no se podía, significó muchísimo. No sé qué pase en el futuro, la situación se ve cada vez más complicada, pero me voy de esta carrera con la frente bien en alto, porque la vida me dio la oportunidad de demostrar quién soy como piloto y persona, mi preparación y experiencia me dejaron ejecutar esta oportunidad a la perfección.